Las panaderías de la provincia de Girona elaborarán este verano pan con harina kilómetro cero. Se trata del proyecto que han bautizado con el sello És farina de Girona, “una harina que viene de un trigo cultivado por campesinos de aquí i en los campos de aquí”, señala el presidente del Gremi de Flequers Artesans de les Comarques Gironines, Robert Figueras.

Según los cálculos del gremio, los panaderos de la provincia tendrán a su disposición 600 toneladas de esta harina, una cifra que representa el 10% de las hornadas que se hacen en un año.

Si los panaderos artesanos quieren sobrevivir en las actuales y feroces condiciones del mercado deben diferenciarse y diferenciar sus productos. Hace siete meses ya se presentó el primer fruto de este trabajo, el Pa de Tramuntana, un pan artesanal elaborado con harinas antiguas cultivadas en los Aiguamolls de l’Empordà.

El trigo se ha se ha seleccionado en función de los campos y del clima de cada una de las tres comarcas que participan en el proyecto, según ha contado Robert Figueras. Durante su cultivo se ha utilizado un sistema que controla el crecimiento del trigo para buscar la calidad de la harina, y el cultivo ha sido integrado, teniendo en cuenta los beneficios para el medio ambiente y la salud de las personas.

En el proyecto participan tanto campesinos como panaderos y el objetivo es común: unir esfuerzos para ofrecer al cliente un pan 100% gerundense, y desplazar así de los obradores la harina que se importa de Rusia o Estados Unidos.